viernes, 27 de abril de 2012

El buen uso de las palabras


Cuando empecé hace ya muchos años, no se utilizaban tanto algunas palabras o nombres como ahora, en aquella época te aprendías los nombres de las técnicas, el de unos pocos maestros, Japón, Okinawa, Karate, Taekwondo, Judo, Kung Fu…ah sí, y Bruce Lee, y poco más.
No existía internet, existían muy pocos libros a la venta y las dos revistas del sector estaban muy especializadas en las cuatro disciplinas mayoritarias y en su vertiente deportiva.
Con los años aprendimos a decir: Artes Marciales, Budo, nombrar infinitos estilos, disciplinas, metodologías, escuelas, etc. Gracias al aumento de los libros en oferta, la aparición de nuevas revistas y de internet.
Seguro que todo ese boom es o ha sido bueno, porque habrá permitido que mucha gente practique o se acerque a conocer alguna de las incontables ofertas existentes en nuestro sector.
Y aquí es a donde quería ir a parar: practicar, conocer, entrenar, etc.
Todos y cada uno de nosotros decidimos cual ha de ser la relación que mantenemos con la disciplina que practicamos, y todos la tenemos distinta. Y lo curioso es que todos somos o nos llamamos a nosotros mismos “artistas marciales”. Realmente hacemos un buen uso de esta definición, realmente todos los que practicamos un arte marcial con mayor  o menor fortuna somos artistas marciales. Pues pienso que no!.
Primero, porque se tiene en cuenta las comodidades y lujos del local donde pretendemos acudir, y si es posible que tenga mucha oferta diferente: primero hago body pump, luego karate, luego spinning, luego me voy al spa y luego al bar… , esto no tiene casi nada que ver con lo que yo viví en mis inicios. El Dojo era espartano, ni comodidades ni lujos, teníamos un saco, un tatami y sólo habían clases de karate. Posteriormente, cuando comencé a dar clases en un colegio, no teníamos ni saco ni tatami, una moqueta!.
Teníamos clase los lunes, miércoles y viernes. Y esos horarios eran sagrados, no faltábamos a clase ni cuando teníamos fiebre. Si algún amigo te decía de quedar, quedabas después del entreno, las novias se esperaban en el bar de enfrente a que saliéramos. Quedábamos los sábados por la tarde para entrenar kumite y algunos domingos por la mañana para ir a correr. Como ha cambiado todo. Ahora, si hay futbol no viene nadie, si tienen cualquier pretexto no aparecen por la clase, si les duele la oreja no entrenan, se escudan en el estrés y a los compromisos de la vida diaria para no entrenar. Yo pienso que son pretextos de mal pagador, un artista marcial ha de estar por encima de los pretextos y las escusas. Si eres un artista marcial, por respeto a tu profesor, a loscompañeros y a uno mismo  intentas no faltar nunca a clase, sólo necesitas un poquito de organización y creer realmente en lo que estás haciendo, aunque si te vale ser un artista marcial de facebook es mucho más sencillo. Cuatro clases, cuatro cursos, unas cuantas fotos y eres lo más!!!...
Espero que alguno de los profesores que me puedan leer, tengan una experiencia u opinión distinta porque de lo contrario no vamos bien.
Nos vemos en el tatami.


1 comentario:

  1. Hola José Luis soy José Manuel de Asturias, quisiera ofrecerte mi pequeña opinión sobre el asunto, 1º hacerte una pequeña reflexión ¿Tu a día de hoy tienes la misma concepción de las artes marciales que cuando comenzaste su práctica? Yo no la tengo y creó que hemos avanzado bastante con sus errores y con sus aciertos. Entonces desconocíamos casi todo y cualquier persona que llegaba a España con unos mínimos conocimientos nos deslumbraba (si esa misma persona llegara hoy no sería lo mismo, estoy casi seguro) “Yo soy padre de dos hijos que practican karate y no estoy muy seguro de querer que se les enseñara con aquella metodología “. 2º el germen de aquellos pioneros es la cosecha desde entonces hasta hoy, en la viña del señor, hay de todo. Y por último creo que no es culpa de los alumnos esa falta de compromiso con lo que hacen, escucho a muchos profesores quejarse de sus alumnos ¿se autocrítican su manera de enseñar? En cambio conozco a otros profesores que ponen pasión, esfuerzo, trabajo y dan todo lo que pueden por sus alumnos y en contextos difíciles o más faciles (es su vida, aman lo que hacen y lo quieren trasmitir con errores y aciertos “la experiencia nos hace mejores”) y sus alumnos responden, aunque esos profesores comprenden que llega un momento que sus caminos se separan, pero ese alumno queda marcado por ese maestro para toda su vida (y no solo aprendió un arte marcial).
    Una pequeña reflexión José Manuel Mayo de Asturias.

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